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dimarts, 28 de febrer del 2012

29F: La vaga a l'UAB


Demà es fa vaga a les universitats catalanes. A la vaga d'estudiants, s'hi han sumat alguns professors "solidaris" amb les reivindicacions. Alguns, però, la vaga la fan periòdicament. Però això és un altre tema.
Avui he tornat a l'UAB després d'una bona temporada a la Pompeu. La distinció no és envà: a l'UAB fa anys que s'ha instal·lat una anarquia absoluta en què tot és permès i en què les conseqüències no existeixen per a res. Per a res d'acord amb la moral dominant, de color francament roig i negre.
La rectora ja ha dit que plega. L'enèssima Magnífica en ocupar el càrrec que no ha afrontat les amenaces, la violència i el vandalisme al campus. Si ho heu anat seguint, el recull de fotografies sobre caixers destrossats, parets pintades, vidres trencats etc., és inacabable. L'enèssim exemple, avui.
La solució és simple: aplicar el règim disciplinari. Expulsions, obertures d'expedient i denúncies a la justícia ordinària per als casos més flagrants. Tenim un servei de seguretat que és ben visible al campus, però els seus resultat no es troben per enlloc. Els que seguim carregant amb les activitats d'aquest pati d'escola d'aprenents de vàndal, nosaltres: els estudiants.


e-Notícies ha publicat la galeria. Ho podeu veure aquí.

6 comentaris:

  1. Hola Jordi.
    Me presento, soy Manolo y vivo en Andalucía. Perdona que te conteste en esta entrada de tu blog sobre otra entrada distinta, la que titulas “Las verdades de Andalucía”, donde no tienes abiertos los comentarios. Permíteme también que te tutee.
    He llegado a tu blog de forma casual, siguiendo una noticia sobre las movilizaciones o algaradas estudiantiles en Barcelona, y me encontré con la citada entrada sobre Andalucía, sobre la que me gustaría hacer algunos comentarios:
    Como bien sabrás, el sistema de financiación autonómica en España (de las CCAA de régimen común, porque el País Vasco y Navarra van por libre) se aprueba por consenso de las Comunidades Autónomas, aunque también sabrás que cada vez que se ha revisado el modelo, ha habido una negociación previa (digamos que bilateral) entre el gobierno central y el gobierno de la Generalitat para establecer ese modelo. Eso es así desde tiempos de Jordi Pujol.
    La característica u objetivo fundamental de ese modelo es que la cantidad de dinero por habitante de que disponga cada gobierno autonómico sea más o menos la misma. Te cito estos enlaces donde se detalla esto y se dan datos: http://www.minhap.gob.es/es-ES/Areas%20Tematicas/Financiacion%20Autonomica/Paginas/Regimen%20comun.aspx y www.fbbva.es/.../np_sector_publico_fbbva_ivie_28_11_2011.doc
    Este modelo puede gustar más o menos y es totalmente legítimo defender su modificación, pero es el que existe, con lo cual, como digo, los distintos gobiernos autonómicos cuentan con semejantes recursos por habitante para financiar sus políticas. Es cuestión de los ciudadanos de cada Comunidad valorar cómo el gobierno de su Comunidad invierte dichos recursos, si los gasta, por ejemplo, en libros, ordenadores portátiles (que parece que despierta gran recelo el hecho de que en Andalucía se entreguen, que se entreguen no es que se regalen, a los alumnos) o en sueldos del profesorado; o si se gasta, por ejemplo, en construir un aeropuerto como el de Lérida.
    Sobre el vídeo en cuestión, se trata de propaganda electoral. Es cierto que en el vídeo hay bastante autobombo y se hacen comparaciones que pueden molestar fuera de Andalucía. En cualquier caso, tiene el valor que se le quiera dar a las cosas que se dicen en las campañas electorales; y creo que no será necesario tampoco recordar aquí ciertas afirmaciones que se hicieron en la última campaña electoral catalana para deducir que en ningún sitio se privan de hacer afirmaciones altisonantes (por ser, como tú dirías, políticamente correcto) sobre otros territorios.
    Aclaro, por cierto, que nunca he dado mi voto al PSOE andaluz ni estatal.
    Tú mismo no te privas en tu entrada del blog de hacer afirmaciones, que si no entiendo mal el catalán, como que “España roba a Cataluña…” Además de que emplear el verbo robar creo que resulta poco apropiado, habría que matizar mucho de esa afirmación y creo que no hay espacio aquí.
    Por último, me gustaría invitarte a que conozcas Andalucía, porque me da la impresión de que no la conoces (yo sí tengo la suerte de conocer bastante bien Cataluña, tierra que aprecio bastante). Así verías que hay muchos tópicos, muchos de ellos malintencionados, falsos o exagerados (y parece que la derecha, tanto la hispánica como la catalanista, están últimamente muy interesados en difundir).
    Como el caso del PER que mencionas, que es un sistema que a mí (y a muchos andaluces) no me gusta y que es propicio a cierto nivel de corrupción (aunque muchísimo menor que en décadas pasadas), pero que es un sistema meramente residual (y además está en extinción, no se admiten nuevos cotizantes) en una Comunidad como Andalucía, que es primordialmente urbana y en la que la mayoría de los andaluces sólo ven el campo cuando van por las carreteras.
    Y verías también cómo somos millones los andaluces que madrugamos y trabajamos, y que también sudamos (incluso aquí más que en otros sitios, porque hace más calor, je, je).
    Nada más, un saludo desde Málaga y te deseo buena suerte en tu (veo que prometedora) carrera profesional.
    Manolo.

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  2. Hola Manolo!

    En primer lugar, y me permito el tuteo, muchas gracias por comentar. Especialmente valioso es un comentario a mi artículo –con hambre de polémica- sobre una determinada actitud de la política andaluza viniendo de un andaluz. En este punto quiero remarcar que el articulo no responde en ningún caso a una motivación de atacar a los andaluces si no de denunciar una determinada actitud que en Cataluña se nos hace difícil de asimilar.
    Te seré muy franco y directo: soy independentista. No creo en ningún sistema de financiación porque el único sistema justo, que es la autodeterminación del propio pueblo catalán, España no lo aceptará jamás. La plena soberanía no excluye ningún modelo de interrelación póstuma con España. Y fíjate que no hablo de independencia puesto que en un contexto global y europeo (aún hoy, y esperemos que por muchos años) carece de sentido. En este sentido se clama por un modelo de financiación similar al concierto vasco como la única vía de, administrando nuestros propios impuestos, terminar con un trato que transversalmente nos parece injusto.
    Todos los modelos de financiación hasta la fecha convergen en una constantes: en Cataluña se pagan unos impuestos que van al Estado y que regresan en una cuantía substancialmente menor. Concretamente alrededor de 16.000 millones de euros. Un 8% del PIB. Magnitud incomparable con la de ningún territorio, nación, región o pueblo del mundo. A la sociedad catalana le parece injusto que mientras sufrimos una política de austeridad impuesta por la realidad económica y la ortodoxia política en Andalucía se permitan ostentaciones como la campaña que utilizo de hilo conductor en mi artículo. No es solo el PER, que también, no son las escuelas, las infraestructuras, las autopistas de peaje (en Cataluña tenemos un 68%, en Andalucía el 12% del total de vías rápidas). Atrás dejo los AVE a ninguna parte (Toledo-Cuenca, Galicia… mientras el eje mediterráneo, el único rentable económicamente, sigue parado). Más allá de esto, es el cuadro económico: después de la solidaridad interterritorial (recordemos, un 8% del PIB de Cataluña; por eso lo llamamos espolio) Catalunya pierde escalones en la tabla de distribución de renta. En Catalunya nade cuestiona la solidaridad interterritorial, pero no se puede soportar vivir peor que las regiones perceptoras de nuestra solidaridad. Y con campañas de publicidad se torna una desfachatez en toda regla. Este trato injusto se mire por donde se mire y la oposición frontal de los sucesivos gobiernos a negociar un trato distinto que de cabida a nuestra singularidad económica e identitaria se han convertido en la mayor fábrica de independentistas de la historia. Hay andaluces de nacimiento, e hijos y nietos de estos inmigrantes de los 60 y 70, que aún no hablando catalán se han vuelto independentistas. “No con mi dinero”. Cuanto más tarde España a corregir este rumbo y esta situación completamente fuera de la balanza, más lejos quedará la reconciliación.
    En Catalunya tenemos la convicción, y así lo demuestran los hechos pasados y presentes, que nos vemos sometidos a una voluntad implacable para terminar con nuestra singularidad. Esta voluntad, que se materializa en la obsesión por negar nuestros rasgos nacionales –y el término de nación no es en balde en este punto- e históricos es intolerable para todos los que nos sentimos catalanes. Más allá, el agravio económico está materializando lo que unos años atrás era una utopía. Mi hipótesis es que en pocos años (muy pocos) estará sobre la mesa la cuestión y que ahora se trata de un problema de supervivencia cultural. Y para nosotros, cultura es identidad e identidad es nación.

    Un saludo cordial!

    Jordi

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    Respostes
    1. Disculpa la extensión. No entiendo por qué no hay comentarios en la entrada anterior...

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  3. Gracias por contestar, Jordi.
    Efectivamente, tu comentario es extenso y abarca muchas cuestiones.
    Empiezo por decir que yo entiendo perfectamente que ser español (y muchos menos, sentirse) no tiene por qué ser obligatorio, así que cada uno piense lo que quiera. A mí personalmente no me gustaría una ruptura del Estado sino su radical transformación (mi modelo es la República Federal), pero si un día hay quien decide emprender un camino separado, ahí está el modelo checoslovaco, donde hubo una separación pacífica o amistosa y hoy Chequia y Eslovaquia son socios en la UE.
    Dicho esto, lo que comentas sobre la justificación de la necesidad de un Estado propio para defender la identidad cultural de Cataluña, yo no lo veo así. Como te comenté antes, conozco bien Cataluña: por diversos motivos: familiares (mi esposa y yo tenemos parientes allí), profesionales, de amistades, y también por turismo, suelo visitar Cataluña con cierta frecuencia y he recorrido gran parte de su territorio. Yo lo que veo (desde la perspectiva de haber cumplido ya los 40 años) es que el uso de la lengua catalana ha ido en alza, como no puede ser de otra manera siendo la lengua vehicular de la enseñanza o de la administración autonómica; es por ejemplo el caso de nuestros familiares que viven en Cataluña: los abuelos no pasan de entender el catalán pero no saben hablarlo y los nietos sí que lo hablan, aunque no sea en casa.
    Creo que nadie pueda afirmar que la lengua catalana esté hoy en peligro, sino que goza de excelente salud y está en constante progresión.

    No niego, todo lo contrario, afirmo (y resulta lamentable) que en el resto de España existe un anticatalanismo, más o menos intenso, que es en gran medida zafio y basado en la ignorancia. Es verdad que determinada gente no comprendería, por ejemplo, cosas que yo hago (como leer en la Red páginas en catalán) o hay quienes aún consideran casi una agresión que personas ajenas hablen catalán a su lado, aunque se trate de una conversación privada.
    Pero creo que también es cierto que, en determinadas ocasiones, el nacionalismo político catalán tiene que justificar su existencia (o sus errores de gobierno) con el victimismo o mostrándose continuamente agraviado o agredido.

    sigo

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  4. Y sí, estoy al tanto de que el sentimiento nacionalista o independentista catalán alcanza incluso a personas nacidas fuera de Cataluña. Hace poco tiempo me ocurrió lo siguiente, en Málaga: apareció un amigo mío y me presentó a un familiar suyo, andaluz de origen emigrado a Cataluña, ambos se unieron a la mesa donde me encontraba en compañía de otros amigos. Hablando de todo, el acompañante catalán empezó a hacer gala de sus posturas independentistas y decía que “España” se niega a “soltar” Cataluña porque “gracias a Cataluña se paga todo el paro de Andalucía y Extremadura” y argumentos similares. Más tarde, dio a conocer que él se encontraba en ese momento en paro, a lo que alguien de la mesa le respondió que éramos todos los demás que estábamos sentados allí (andaluces y por suerte, con trabajo) los que (por el principio de caja única de la Seguridad Social) estábamos contribuyendo a pagarle a él su desempleo con nuestras cotizaciones. La reacción del catalán fue de perplejidad, para después pasar a la negación y terminando por molestarse. Esto tiene el valor de anécdota, pero creo que es demostrativo de cómo un determinado estado de opinión, fomentado con mensajes que no paran de repetirse, termina por imponerse.

    Sobre el llamado “expolio fiscal”, debemos verlo con una perspectiva más amplia. Como sabes, el principal mercado de Cataluña es el resto de España, así que parte del beneficio que obtiene Cataluña de sus intercambios con el resto de España se recauda vía impuestos. Habría que hacer matizaciones también, porque muchas grandes empresas catalanas tributan en la AEAT de Barcelona por el beneficio de sus actividades desarrolladas en todo el territorio español y por sus retenciones a trabajadores de todo el Estado. En cualquier caso, los estudios económicos que se han realizado sobre la cuestión (yo he leído unos cuantos) sí evidencian que la aportación de los ciudadanos de Cataluña a la nivelación de la financiación autonómica no se ven compensado con un suficiente esfuerzo inversor del Estado en Cataluña, lo que resulta más sangrante a la opinión pública si se comparan (como tú mencionas) generosas inversiones en infraestructuras manifiestamente inútiles con la falta de inversiones en infraestructuras que se reclaman desde hace tiempo para aumentar la productividad y competitividad de la economía catalana. Sin embargo, no debe olvidarse tampoco que el vigente Estatuto de Cataluña recogió esa demanda, introduciendo la famosa disposición adicional que vincula al gobierno del Estado para que realice un porcentaje de inversión pública en Cataluña, aunque cierto es que con la crisis, lo dispuesto en el Estatuto no se está cumpliendo.

    sigo

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  5. Sobre el vídeo en cuestión, repito la idea de que el gobierno andaluz lo que hacía (con mayor o menor fortuna y con mayor o menor certeza) era propaganda (electoral) de lo que hace el gobierno andaluz con el presupuesto de que dispone, que como te decía, es el mismo (por habitante) que en todas las demás Comunidades; por tanto, es cuestión de los votantes andaluces cómo la Junta de Andalucía gasta su presupuesto.
    Y por cierto, lo diga quien lo diga, ni muchísimo menos en Andalucía se vive mejor, en términos generales, que en Cataluña, ni de coña.
    Y mucho menos creo que se deba aprovechar este asunto para mezclar cuestiones que afectan al ámbito autonómico con otras que no lo son para nada. Es el caso de las autopistas de peaje. Efectivamente, lo sé también por experiencia, en Cataluña hay más vías de peaje que en el resto. Pero también hay que ver que en Cataluña (junto con Madrid y el País Vasco) disfrutaron de las primeras autopistas que hubo en España, en los años 70, que por cierto, por un peculiar contrato firmado por el gobierno franquista con las concesionarias, parte de la financiación de las mismas fue cargada al presupuesto del Estado (este se hacía cargo de los excesos del tipo de interés y el tipo de cambio de los préstamos sobre los tipos estipulados), o sea, a todos los españolitos, incluidos los que no tuvimos autopistas hasta los años 90. Y bueno, hay que achacar a las buenas relaciones entre los sucesivos gobiernos españoles y las concesionarias (ya sabes quiénes son, seguro que te suenan muchísimo) el que se hayan renovado esas concesiones.
    Por cierto, es verdad que aquí tenemos más kilómetros de autovías gratuitas, aunque con matices: ir de Málaga a Madrid es gratis (aún), pero ir de Málaga a Marbella nos cuesta dinero (la alternativa es un simulacro de autovía, peligrosísima). Pero muchos de nuestros kilómetros de autovía en Andalucía corresponden a la A-92, que une Sevilla con Almería y con Levante, atravesando de oeste a este toda Andalucía por su mitad, y esta autovía (importantísima) es autonómica y su uso es gratis; cierto es que la construcción fue una chapuza y ha habido que repararla casi entera, pero fue construida con los presupuestos de la Junta, igual que otras (por ejemplo, la Algeciras-Jerez). Las autopistas que ha hecho la Generalitat son de peaje, una opción perfectamente válida, pero ahí está el dato.

    Me he extendido mucho, pero lo que quiero dejar claro es que no todo es completamente blanco o negro, hay mucho que analizar y hay que huir de los tópicos y las generalizaciones.
    Un saludo.
    Manolo.

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